Sin
lugar a dudas, hay una serie de utensilios y de elementos que utilizamos casi
de forma obligatoria cuando nos sentamos alrededor de una mesa a degustar una
serie de alimentos. Incluiríamos en esta relación los cubiertos, platos, vasos
que utilizamos directamente para comer o beber. No obstante, también tenemos un
elemento que, aunque nos lo utilizamos propiamente para comer, forma parte de
nuestro día a día culinario, que vemos como indispensable y es sobre el que
vamos a conocer algo más sobre su historia. Este post tiene como protagonista a
la servilleta.
Leonardo Da Vinci |
Aunque
el uso de la servilleta está muy extendido en el mundo actual, no siempre fue
así. Los espartanos , en el seis antes de cristo, utilizaban un trozo de masa cortada en pequeños trozos que enrollaban y amasaban en la mesa para limpiar los dedos. Los romanos utilizaban una especie de sudario que daban a todos los que se sentaban alrededor de la mesa. Sin embargo, el uso de la servilleta se perdió totalmente durante la Edad Media. Es más en pleno renacimiento italiano, siglos XV y XVI, los comensales
todavía solían limpiarse en el mantel, o en su ropa o, incluso, en los ropajes
del comensal que tenían al lado. En estas que uno de los genios mas
polifacéticos de la historia le puso remedio. Concretamente me refiero al gran
Leonardo Da Vinci, que por aquel entonces hacía las veces de pintor, escultor,
arquitecto y maestro de banquetes en la corte de Ludovico Sforza, el Moro.
Si
echamos un vistazo al "Codex Romanoff", escrito por Leonardo Da Vinci donde
apuntaba sus recetas y comentarios sobre buenos modales en la mesa, encontramos
un apunte en el que habla de que “luego de que los comensales han abandonado la
sala de banquetes, hállome contemplando una escena de tan completo desorden y
depravación, más parecida a los despojos de un campo de batalla que a ninguna
otra cosa”.
Para
tratar de solucionar esta situación Da Vinci ideó un paño individual para cada
comensal que después de ser manchado fuera plegado y, de esa manera, no
ensuciara la apariencia de la mesa. Aunque Leonardo no vuelve a mencionar en el
“Codex Romanoff” su propuesta de servilleta, pero Pietro Alemanni, embajador
florentino en Milán, se refiere a ella en un informe en 1491.
Poco a poco el uso de la servilleta se fue extendiendo por toda Italia y de ahí se exportó al resto del mundo hasta nuestros días.
Para terminar, me gustaría recomendar el libro "Notas de cocina de Leonardo Da Vinci" donde podréis descubrir parte del "Codex Romanoff".
Me parece más práctico limpiarse la boca con el revés de la mano. Al final, para no desaprovechar nada, se lo chupa uno.
ResponderEliminar