En una conversación con mis compañeras de trabajo salió a colación los huevos de gallina que normalmente consumimos en casa. En estas Carmen Ros, persona muy informada en cuestiones alimenticias, nos dio una clase magistral sobre lo que ella denomina "huevos estresados" y sobre el etiquetado que llevan los huevos. Debido a lo interesante del tema en el post de hoy vamos a tratar sobre ello.
En la actualidad las leyes obligan a los granjeros a marcar la cáscara de cada huevo que vaya destinado al consumo. Se trata de un código de números y letras que informa sobre cómo se crían las gallinas y, por lo tanto, sobre cuál es el origen de esos huevos (cómo podemos ver en la imagen).
Pues bien, tenéis que saber
que si el huevo trae un código cuyo primer número es un “3”, es que ha sido
puesto en una granja de jaulas en las que comen piensos industriales. Las
gallinas viven apiñadas en jaulas donde pasan toda su vida sin ver la luz del sol.
Apenas pueden moverse ya que solo disponen de un espacio inferior al de un
folio y sus patas sufren heridas por los barrotes de las jaulas. Además a estas
gallinas les suelen cortar el pico, algo que les produce mucho dolor, para
evitar que piquen a sus compañeras debido al estrés que sufren.
Si el primer dígito es un
“2”, es que viene de una gallina que vive en una nave cerrada, en la que
también hay estrés de hacinamiento, aunque sus patas tocan el suelo, no una
rejilla, y se alimenta con piensos tradicionales. Viven masificadas, hasta 12 gallinas
por metro cuadrado. En épocas de calor muchísimas mueren por asfixia. Aquí
también les cortan el pico.
Los huevos cuyo primer
dígito es un “1”, vienen de gallinas que viven en espacios menos cerrados y que
están menos amontonadas, que pueden salir al aire libre y reciben también una
alimentación con piensos tradicionales. Fuera del gallinero el espacio mínimo
disponible por gallina debe ser de 4 metros cuadrados. Son las llamadas
gallinas camperas.
Finalmente están los huevos
de las gallinas más felices, que son marcados con un código cuyo primer digito
es un “0”. Las privilegiadas que los han puesto viven en total libertad y con
más espacio aún para moverse que las camperas. Comen productos naturales, en un
80% de agricultura ecológica, y en su cría se restringe el uso de antibióticos,
de pesticidas y de otros medicamentos.
Obviamente, el precio de venta al público de los huevos de la categoría 3 y 2 es menor que los de la categoría 0 y 1. No obstante, el encierro estresa a las gallinas, pero no por el hecho de estar encerradas sino por la obligación de trabajo sin distracción, el resultado es un millón de huevos acelerados todos los días.
Ni que decir tiene que esto no solo pasa con los huevos, sino que un porcentaje muy alto de los alimentos que tomamos habitualmente sufren un proceso de aceleración y de estrés (tomates, cebollas, cerdos, pollos, vacas, etc). Además, este post no pretende que cambies tus hábitos de consumo, sino que sepas lo que comes.
Ahora que estoy terminando el post me viene a la cabeza un plato de patatas fritas, un huevo frito y un trozo de pan para "sopar". ¿Habrá una elaboración más sencilla de elaborar y más deliciosa?
Salud
No hay comentarios:
Publicar un comentario