viernes, 5 de diciembre de 2014

El poder como conservante natural de la miel

De sobra es conocido que el consumo de la miel por parte del ser humano se remonta a tiempos inmemoriales. Un buen ejemplo es el hallado en las pinturas rupestres de la Cueva de la Araña, en Bicorp (Valencia), que datan de 7.000 años antes de Cristo, que muestran como un hombre está recolectando miel. Lo que mucha gente no conoce es que este resultado del esmerado trabajo de la abejas no solo era apreciado por su dulzor, sino que, entre otras cosas, fue utilizado en la antigüedad por su poder curativo, antiséptico, fortificante, calmante, laxante, diurético y como conservante natural de alimentos. Sobre esta última opción vamos a tratar en el post de hoy.


En el año 2013 un grupo de investigadores de la Escuela de Ingenieros Agrónomos y del Instituto de Biotecnología Vegetal (IBV) de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) ha demostrado con un estudio que la miel mejora la conservación de la carne picada de ternera,  un producto de muy rápido y fácil deterioro. Además, los científicos han comprobado la eficacia del uso de la miel como antioxidante y antimicrobiano natural.

La adición de miel en alimentos que lleven carne picada de ternera, como pueden ser lasañas precocinadas, hamburguesas precocinadas, supone un aumento del valor nutricional y una eficaz manera de combatir la posible presencia de microorganismos patógenos que puedan contaminar los alimentos.

Es que la miel es altamente perdurable. No tiene fecha de caducidad, ya que mata a todas las bacterias con que se encuentre por lisis osmótica; es decir que las desintegra, disminuyendo los niveles de agua en las células de estos microorganismos, debido a los altísimos niveles de glucosa que tiene la miel y su poca concentración de H2O. Para que os hagáis una idea de esto último deciros que en la tumba de Tutankhamon se encontraron, en 1922, varias vasijas con miel en perfectas condiciones, que habían mantenido sus cualidades durante 33 siglos. Ojo, siempre estamos hablando de miel natural, no la que venden en supermercados que si que tiene fecha de caducidad (generalmente bastante amplia) debido a que se le han añadido aditivos.
Lo más curioso de este tema es que miles de años antes de las conclusiones del estudio la miel ya se utilizaba como conservante natural. Como muestra un botón. En tiempos del antiguo Egipto, cuando se hacían largas expediciones los egipcios podían conservar más tiempo la carne que llevaban como alimento introduciéndola en barriles cubiertos de miel. En los rituales religiosos y funerarios que se llevaban a cabo en Egipto y posteriormente en las "polis griegas", la miel estaba también presente, utilizándose para embalsamar, por sus propiedades conservantes y sus atributos mágicos.

Otra muestra de su poder de conservación la tenemos en el 323 a.C. En ese año el poderoso Alejandro Magno murió en Babilonia  y fue repatriado a su Macedonia natal. El cuerpo, tras varias semanas de viaje, llegó intacto dentro de un gran contenedor de arcilla. Este recipiente iba lleno de miel.

Fuentes: Upct, Eroski Consumer, La Verdad de Murcia.

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