Martín Berasategui |
En estos tiempos que corren, en los que mucha gente quiere llegar a conseguir el éxito en la vida de manera fácil y prácticamente sin esfuerzo, me gustaría contar una anécdota que hace unos años compartí
con uno de mis cocineros favoritos que, a base de esfuerzo y tesón, ha
conseguido ser uno de los referentes de la cocina a nivel mundial y que pone en
valor su profesionalidad y compromiso. Este cocinero no otro que el gran Martín
Berasategui.
Corría el año 2008 cuando yo
formaba parte del equipo de personas que estaba organizando las III Jornadas
de Cocina Profesional “Murcia Turística”. A pesar de las bajas de última hora de
distintos cocineros, conseguimos un cartel muy interesante para los tres días
de iban a durar las jornadas que contaba con la presencia de Beatriz Sotelo,
Mey Hofman, Rafa Morales, Jordi Butrón y Montse Estruch. No obstante, el cabeza
de cartel y el encargado de inaugurar con una clase magistral el ciclo el 27 de
octubre, a la 9:30 horas, era Martín
Berasategui.
Para llegar a Murcia, Berasategui
y la persona que venía con él, Baltazar Díaz, tenían que volar la tarde-noche el
domingo 26 de octubre desde San Sebastián hasta Alicante, haciendo escala
en Madrid. En Alicante este que escribe estaría preparado para recibirlos y
trasladarlos hasta a un hotel en la capital murciana.
Hasta este punto todo normal, pero he
aquí el momento donde todo empieza a torcerse y comienza lo interesante la historia. Sobre las 21:00
horas, Martín Berasategui me llama por teléfono y con su voz campechana me
dice:
-
“Oye, han suspendido el vuelo de San Sebastián a
Madrid con lo que tampoco voy a poder coger el vuelo que me lleva a Alicante”.
Nada más escuchar esas palabras
siento un frío sudor que me recorre por todo el cuerpo, ya que para el acto
inaugural de las jornadas teníamos
confirmados a más de 200 profesionales del sector y a numerosos medios de
comunicación. No obstante, me repuse y quedamos en llamarnos en cinco minutos
para ver si encontrábamos alguna otra opción que arreglara el entuerto.
Rápidamente me puse en contacto
con la agencia de viajes, esta gente trabaja las 24 horas al día los 7 días de
la semana, en busca de una solución pero era materialmente imposible conseguir
una combinación que los hiciera llegar antes de las 11 o 12 de la mañana del día
siguiente. En estas suena otra vez mi móvil,
de nuevo es Martín Berasategui:
-
“Ya está todo arreglado. Me voy a Murcia en taxi”
- “¿Te vienes desde San Sebastián a Murcia en
taxi?”- le pregunto yo asombrado- ¿pero sabes la distancia que hay?
-
“Da igual, no te preocupes. Mañana es mi
ponencia y mañana puntual estaré allí”.
Sobre las 22:00 horas, cuando lo
fácil para él hubiese sido aplazar el acto a otro día o anularlo, el taxi con
los dos cocineros salió desde el aeropuerto de San Sebastián y, después de
varias conversaciones telefónicas que mantuvimos a lo largo de la noche, llegó a
Murcia donde lo estaba esperando en la puerta del hotel donde se hospedaba,
nada más y nada menos que a las 5 menos cuarto de la madrugada.
A la mañana siguiente y a la hora
prevista, Martín Berasategui dio su clase magistral de más de tres horas, se
fotografió con toda aquella persona que se lo pidió, firmó autógrafos cómo si fuera Messi o Ronaldo y derrochó simpatía y amor
por la cocina. Posteriormente, compartiendo mesa y mantel durante la comida me dijo que lo fácil hubiese sido
aplazar su conferencia, pero que no podía fallarle a tanta gente que ama la
cocina y esto formaba parte de su trabajo. Cuando nos despedimos me dio un
gran abrazo agradeciéndome todo lo que había hecho e invitándome a su casa
cuando quisiera, aunque si alguien tenía que estar agradecido era yo.
Esta historia habla muy
claramente de la profesionalidad, de la responsabilidad, del sacrificio y de la
capacidad de trabajo de un hombre que con 15 años comenzó a trabajar en el
bodegón de sus padres y que, a día de hoy, es ser el cocinero más
laureado de la Guía Michelín en España con siete estrellas en sus restaurantes.
Todo un ejemplo.
Un ejemplo de profesionalidad que te devuelve la fe en la seriedad y el sentido de responsabilidad de los españoles.
ResponderEliminarEsta historia me la contó Cristina hace un par de meses y me encantó la profesionalidad que demostró Berasategui
ResponderEliminarIncreíble! que gusto da leer historias así, me encanta la gente!!!!!
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