Cardenal Richelieu |
No obstante el tema que nos ocupa no es el del origen del cuchillo como tal, sino el redondeo en su extremo superior, que es el que a día de hoy es utilizado con más asiduidad a la hora de comer. Así que vamos a ello.
Todo parece indicar, que a mitad del siglo XV, los cuchillos de mesa se redondearon en su extremo superior para evitar que los comensales sufrieran algún daño, o que lo utilizaran como arma contra otro comensal. Sin embargo, esta moda no tuvo una gran repercusión, debido a que, entre otros motivos casi todos los comensales tenían solo un cuchillo que utilizaban tanto para comer, cómo en sus disputas bélica y no querían perder la punta de su utensilio.
Sin embargo, el uso extendido del cuchillo de punta redonda lo tenemos que encontrar unos siglos después y por motivos totalmente distintos. Más exactamente nos tenemos que trasladar a la Francia de la época del rey Luis XIII (1.601-1.643), siendo su Primer Ministro el Cardenal Richelieu, personaje que posteriormente fue inmortalizado años después en la novela de Alejando Dumas "Los tres mosqueteros".
Los actos sociales organizados por el Cardenal eran conocidos y tenían una gran repercusión en todo el país galo. No obstante, había una cosa que desagradaba de forma notable al anfitrión. El uso, por algunos de sus invitados, del cuchillo para sacarse comida de los dientes, es decir, como mondadientes y como instrumento de manicura. Y en especial, de su invitado el Canciller Pierre Seguier, habitual en sus fiestas. El Cardenal no soportaba ver como el Canciller utilizaba, con suma destreza, la punta del cuchillo como mondadientes.
Richelieu, tirando de su ingenio, no lo dudó y ordenó a su servicio que redondease todas las puntas de sus cuchillos para sorpresa de sus invitados. Esta acción no solo tuvo trascendencia y efectos en los eventos que organizaba Richelieu, sino que, debido a su influencia en toda la corte, la idea se fue extendiendo por toda Francia y posteriormente llego a propagarse por todo el mundo hasta nuestros días. Curioso, ¿verdad?
Así que si volvéis a ver la película, a leer el libro o a ver la serie de dibujos de "Los tres mosqueteros", perdonarle algunas maldades al Cardenal Richelieu y tened en cuenta que le debemos una gran aportación a nuestro día a día: el cuchillo de punta redonda.
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