miércoles, 29 de enero de 2014

El por qué de la curiosa forma del queso de tetilla

Queso de Tetilla
No creo que desvele ningún secreto personal si digo que soy un ferviente apasionado del mundo de los quesos, de sus sabores y sus miles de de variedades existentes en el mundo. Cada territorio, cada cultura tiene su queso y esto debe tenerse en cuenta para poder entender su forma de cocinar pero también el modo en que organizan su forma de vivir. Por este motivo voy a ir creando monográficos sobre diferentes variedades de queso que tengan anécdotas curiosas. Hoy comienzo con uno de mis preferidos que no es otro  que el queso gallego más internacional (o uno de los más), el queso de tetilla.

Este queso, que según la Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida que lo regula es de "pasta blanda, cremosa, uniforme, con pocos ojos y de color blanco-marfil, amarillenta, tiene una gran cremosidad en boca y un sabor muy natural, lácteo, ligeramente acídulo y salado suave apto para todos los gustos", tiene una curiosa historia que tuvo como resultado la forma tan peculiar que tiene el queso y que podéis observar en la foto que acompaña a este post.


Y es que la forma de este queso le viene dada, según la leyenda, de una revuelta popular contra la decisión del Cabildo catedralicio de Santiago de mutilar los exagerados pechos de la imagen de la reina Esther del Pórtico de la Gloria ya que eran demasiado voluptuosos.

Ante la decisión de hacer desaparecer uno de los mayores atractivos del monumento para aquella época, los labriegos gallegos, enfadados, se vengaron dando forma de pecho de mujer a un queso, ya por entonces muy famoso,  y que desde aquel momento pasó a llamarse popularmente Queso de Tetilla.

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